Las famosas medias noches, que se encuentran entre el dulce y el salado, se caracterizan por la esponjosidad de su miga y la suavidad de su corteza.
Estos tradicionales bollitos de leche, aunque puedes mezclaros con casi cualquier cosa que se te ocurra, normalmente se comen como bocaditos con algún relleno salado, pues el propio panecito le da el toque dulce que crea el contraste perfecto.
Se dice que su peculiar nombre nace de la costumbre de consumir bocaditos como entretenimiento durante fiestas nocturnas. En estas fiestas, transcurrido un tiempo desde la cena, en torno a la medianoche, se servían mini-bocaditos, de ahí su nombre: “medias noches”. Además, también se dice que, precisamente, los que combinaban dulce con salado eran los más demandados y los que se consideraban más elegantes.
Por ello, para que puedas preparar y disfrutar en casa tus propios bocaditos de medias noches, te traemos esta sencilla receta que seguro encantará a toda la familia y hasta al más exigente de los invitados. ¡Apunta!
Ingredientes:
500 gr de harina de fuerza
200 ml de leche entera
120 gr de mantequilla
40 gr de azúcar
25 gr de levadura fresca Levanova
10 gr de sal
2 huevos
Elaboración:
Paso 1:
Echamos en un bol grande la harina, la sal y el azúcar. Desmenuzamos con nuestros dedos la levadura fresca Levanova. Incorporamos lentamente la leche y el huevo y mezclamos hasta que todos los ingredientes estén bien integrados en una misma masa homogénea.
Paso 2:
En el momento en el que todos los ingredientes estén agrupados en una sola bola, podemos pasar a amasarla sobre una superficie plana previamente enharinada. Tras trabajarla durante un tiempo aproximado de 4 o 5 minutos, y observar que la masa está completamente lisa, podemos incorporar la mantequilla reblandecida a temperatura ambiente.
Entonces, observaremos que la masa pierde la uniformidad que habíamos conseguido, por lo que deberemos continuar trabajándola hasta que la masa vuelva a ser consistente, fina y homogénea.
Paso 3:
Hacemos una bola con nuestra masa, la metemos en un bol grande y la tapamos con un trapo de cocina. Debemos dejarla reposar en un lugar alejado de corrientes de aire durante un tiempo aproximado de una hora, hasta que doble su tamaño.
Paso 4:
Una vez haya transcurrido el tiempo de reposo, dividimos la masa en piezas de 50gr aproximadamente. Estiramos cada pieza hasta tener un rectángulo y las enrollamos sobre sí mismas. Las colocamos sobre la bandeja de horno con papel vegetal, tapamos y dejamos reposar de nuevo hasta que doblen su tamaño.
Paso 5:
Previamente habremos encendido el horno y calentado a 200ºC durante aproximadamente 20 minutos. Mientras tanto, pintamos todas nuestras piezas con el huevo batido. Después, bajamos la temperatura a 180ºC y horneamos nuestras medias noches durante 12-15 minutos, dependiendo de su tamaño y la potencia de nuestro horno. Lo importante es estar pendientes y retirarlas cuando estén bien doradas. Si tenéis ventilador en el horno, es mejor pararlo para que la cocción sea más lenta y regular.
Una vez salgan del horno, las dejamos enfriar y… ¡listo! Para disfrutarlas como bocaditos, es tan sencillo como partirlas por la mitad y rellenarlas con lo que más te guste. Solo con poner unas lonchas de jamón y queso… ¡estarán increíbles! Cuanto antes se consuman, mucho mejor, pues así nos aseguraremos de comerlas en el momento en el que más esponjosas y tiernas estarán, recién hechas.
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