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Foto del escritorLevanova

Ideas de recetas perfectas para una cena ligera. Obleas rellenas de dulce o salado, ¡tú eliges!



Nadie quiere irse a dormir con el estómago demasiado lleno, ¿verdad? Apetece, más bien, hacer una cena ligera pero sabrosa, bien rica, a ser posible baja en calorías, algo que no nos lleve mucho tiempo prepararlo, y que sea fácil de digerir para poder disfrutar de la última comida del día.


Os vamos a dar algunas ideas, todas ellas van a tener en común el envoltorio: unas deliciosas obleas hechas con levadura fresca Levanova y una masa muy fina.


El truco está en haber preparado la masa antes, conservarla en el congelador y tenerla lista para cuando llegue el momento. Por cierto, os vamos a contar un supertrucazo para guardar la masa sin que ocupe mucho espacio y además tarde poco tiempo en descongelarse.

¡Comencemos!


Ingredientes:

  • 300gr de harina de repostería

  • 100 cc de agua caliente

  • 90 gramos de aceite de oliva

  • media cucharadita de sal

  • 10 gramos de levadura fresca Levanova


Preparado de la masa:


Cogéis vuestro bol preferido y preparáis una mezcla con la harina, el agua, el aceite de oliva, media cucharadita de sal y la levadura fresca que espolvoreáis directamente en la mezcla con vuestros propios dedos. Creáis una bola y a amasar, vais harinando de vez en cuando y seguís amasando hasta que os quede una masa muy, muy fina.


Entonces hacéis una bola, y la dejáis en el bol, tapado con un trapito durante unos 50 o 60 minutos. Durante este tiempo, si habéis escogido la levadura fresca Levanova, podréis comprobar cómo actúa su poder de fermentación.


El supertruco para conservar la masa:


Atención, porque de la siguiente manera, vais a poder conservar vuestra masa recién hecha para poder hacer uso de ella cuando queráis.


Uno, amasamos la masa con el rodillo hasta dejarla muy finita. Dos, la colocamos encima de una hoja de papel de horno ligeramente enharinada. Tres, enrollamos la masa sobre sí misma y ¡al congelador!


De esta manera la masa ocupa muy poco espacio y luego, en cualquier otro momento, en unos 20/25 minutos que la dejéis fuera estará descongelada. Podéis utilizar este sistema con varios ‘rollos de masa’ que guardáis en vuestro congelador en espera del momento indicado.


Aprovecha el tiempo de descongelado para ir preparando diversas opciones de relleno, a tu gusto.


Y ahora, unas cuantas ideas para el relleno:


Te damos algunas ideas pero sobre todo te animamos a que experimentes y juegues con una cocina creativa. Todo depende de tus gustos, lo ligera y baja en calorías que quieras la cena.


  • Obleas con relleno de queso de cabra y miel:

Muy sencillas, la mezcla de sabor con la oblea es espectacular. Las metes en el horno y cuando estén doraditas las sacas y, en caliente añades un chorrito de miel por encima. ¡Muy fácil! a la vez que logras una suave explosión de sabor en tu paladar.

Obleas con relleno de nata y beicon.


Deliciosas. Si buscas algo un poquito más fuerte. Para crear doce pequeñas porciones, (recuerda que la masa que tienes preparada la puedes cortar como desees) primero bates tres huevos, tres cucharadas de nata y tres cucharadas de leche. Un pellizquito de sal y otro de pimienta bien molida.


Luego añades un taco de bacon por cada porción, solo uno, con ello le das sabor pero no cargas de carne demasiado la oblea para que siga siendo ligera. Doblas la oblea sobre sí misma para que no se escape el relleno por ningún lado. Y al horno, hasta que dore.


  • Obleas con relleno dulce:

Como postre o acompañando la hora del té. Los rellenos dulces sorprenden a todo el mundo. Vamos a usar medio litro de leche. Primero utilizas un vaso el que mezclamos algo de leche con el contenido de un sobre de natillas. Lo mezclamos muy bien. Después ponemos el resto de la leche en un cazo al fuego y añadimos azúcar. Esperamos a que rompa a hervir y justo entonces añadimos la mezcla que habíamos preparado antes en el vaso con la leche y las natillas. Removemos bien durante un par de minutos y directo al bol.

Dejamos que la mezcla total empiece a solidificarse. Cuando esto ocurra rellenamos las obleas y las doblamos sobre sí para que el contenido no se escape. Al horno como de costumbre, y cuando veamos que están doraditas… ¡listas para meterles el diente!


¡Hay tantas posibilidades! Cuéntanos qué tipos de rellenos recomiendas.


 
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