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  • Pan con quinoa roja y chía

    La quinoa y la chía, más allá de una moda, son dos alimentos que han llegado a nuestras dietas para quedarse. Desde hace relativamente pocos años, su consumo se está extendiendo notablemente y no es de extrañar, tanto por sus numerosos beneficios, como por su versatilidad y sabor. Poco a poco, han ido surgiendo cada vez más opciones de platos en los que se puede introducir estas semillas, y entre ellos, por supuesto, está el pan. Por ello, aquí os traemos esta fácil receta de pan con quinoa roja y chía, ¡que seguro os encantará! En cualquier caso, antes de meternos de lleno en la receta, nos gustaría contaros un poco más sobre estos interesantes alimentos: la quinoa y la chía. Por ejemplo, en primer lugar, ¿sabíais que, aunque la quinoa es una semilla, se consume como un cereal? Puesto que se encuentra a medio camino entre ambas cosas, realmente, está clasificada como un pseudocereal. El origen de la quinoa se sitúa en Perú y Bolivia. Concretamente, en los alrededores del lago Titicaca. Su nombre en quechua significa «grano madre» y durante años fue considerado un alimento sagrado en la cultura inca. Hoy en día, sigue siendo uno de los principales cultivos alimentarios de la región andina de América del Sur. En cuanto a la chía, se trata de una semilla de origen milenario cuyo origen, en este caso, se sitúa en México. Concretamente, la chía es la semilla de la planta Salvia hispánica, por lo que pertenece a la misma familia que otras salvias como el tomillo o la menta. A nivel nutricional, tanto la quinoa como la chía presentan infinidad de propiedades y son consideradas “superalimentos” ya que son una gran fuente de fibra, minerales, proteínas, aminoácidos y antioxidantes. Incluso, la mayoría de sus calorías y grasas son hidratos de carbono complejos, que facilitan la digestión. Ahora que hemos aprendido un poco más acerca de la quinoa y la chía, seguro que os apetece probarlas dentro de esta saludable y nutritiva receta de pan con quinoa roja y chía. ¡Atentos! Ingredientes: 75 grs de quinoa y chía 500grs de harina de trigo 225grs de agua 8grs de sal 8grs de azúcar 1 sobre de Masa madre Levanova 13grs de Levadura fresca Levanova Elaboración: Paso 1: En primer lugar, al menos un par de horas antes de comenzar con toda la elaboración, mezclamos los 75grs de semillas de quinoa y chía con 50grs de agua, para que se vayan hidratando. Paso 2: Transcurrido este tiempo, mezclamos en un bol grande todos los ingredientes menos las semillas de quinoa y chía hidratadas. Paso 3: Amasamos todos los ingredientes hasta conseguir una masa homogénea. En ese momento, agregamos las semillas y volvemos a amasar hasta que todo quede bien integrado. Paso 4: Dejamos reposar la masa dentro del bol, tapada con un trapo de cocina, hasta que doble su volumen. Paso 5: En el momento en el que la masa haya aumentado notablemente de volumen, la retiramos del bol y la cortamos en aproximadamente 5 porciones de unos 150gr. Seguidamente, boleamos ligeramente las piezas y las dejamos reposar unos 10 minutos tapadas con un trapo de cocina. Paso 6: Según prefiramos, damos forma redonda o alargada a nuestras piezas. Después, las colocamos en la bandeja del horno con papel de cocción. Volvemos a taparlas y las dejamos reposar de nuevo en un lugar cálido y alejado de corrientes de aire. Para beneficiar la fermentación durante este último reposo, podemos humedecer ligeramente el trapo con el que tapamos las piezas. Cuando queden aproximadamente unos 20 minutos para finalizar la fermentación, podemos encender el horno a 200ºC. Paso 7: Una vez que el horno se haya calentado y nuestros panes hayan doblado su volumen, podemos proceder al último paso: su horneado. Para ello, en primer lugar, realizamos un corte en la superficie de los panes con una cuchilla. Y, en segundo lugar, colocamos un recipiente metálico con dos hielos en la parte baja del horno. Esto generará un vapor de agua durante el horneado que nos ayudará a mejorar el aspecto y el volumen de nuestro pan. A continuación, metemos los panes en el horno y los cocemos a 180ºC durante unos 18 o 20 minutos. Una vez los saquemos y se enfríen, ¡estarán listos para disfrutar! Tanto acompañando cualquier comida, como convertidos en deliciosos bocadillos fríos o calientes.

  • Recetas de rellenos para empanada fáciles y deliciosos

    La empanada es ese plato que gusta a todos y que está presente en la mayoría de los encuentros familiares, desde fiestas de cumpleaños hasta picnics con amigos. No es de extrañar que nos encante tanto, porque, sin duda, ¡presenta numerosas ventajas! Además de estar deliciosa, es fácil de preparar, es un plato muy completo y puede consumirse tanto caliente como fría. La empanada es uno de los platos con más versatilidad, no sólo por las distintas formas que le podamos dar sino, sobre todo, por el relleno ya que nos ofrece casi tantas opciones como ingredientes podamos tener en la despensa: de carne, de pescado, de verduras o de todo aquello que os apetezca. Desde la clásica de atún hasta recetas más singulares con berberechos, sardinas o incluso espinacas. Estas versiones son realmente atrevidas e interesantes, pero para aquellos que os estáis iniciando en el mundo de las empanadas, a continuación, os dejamos una recopilación de algunos de los rellenos más tradicionales que no pueden faltar en tu recetario. ¿Listos? Vamos a por ello. 1. Atún, huevo y tomate… ¡el clásico! Sí, es el de toda la vida, el que siempre nos han preparado nuestras abuelas, madres, tías, etc.. Pero, si esta receta ha sobrevivido tanto tiempo, ¿no será por una buena razón? La receta de empanada con este relleno de atún, huevo y tomate es muy sencilla. Una vez hayamos elaborado nuestra masa, simplemente, sofreímos en una sartén un pimiento, una cebolla y un diente de ajo, todo bien picado, con un chorrito de aceite de oliva. Por otro lado, mientras las verduras estén en la sartén, cocemos dos huevos. Una vez que las verduras estén pochadas, añadimos el tomate, el atún, unas aceitunas bien picadas y los huevos cocidos troceados. Mezclamos bien, salpimentamos al gusto… y ¡listo! Nuestro sofrito estará preparado para convertirse en el relleno más socorrido de cualquier empanada o, si os apetece, empanadillas. 2. Empanada de carne, para los amantes de los sabores más intensos Nuestra segunda propuesta, como no podría ser de otro modo, es otro gran clásico. Eso sí, en vez de apostar por el atún, en este caso, nos decantamos por la carne picada. Para elaborar la masa de empanada perfecta con la que siempre triunfarás, puedes consultar esta receta. En el caso del relleno, no puede ser más sencillo: picamos una cebolla y unas zanahorias y las pochamos en una sartén con un chorrito de aceite y una pizca de sal. Seguidamente, añadimos la carne y cocinamos a fuego lento. Cuando estos ingredientes estén bien hechos, añadimos tomate concentrado y un chorro de agua. Después, movemos bien para que se mezcle y dejamos cocer hasta que el agua se evapore. En último lugar, si se quiere, se pueden añadir un par de huevos cocidos bien picados. Cuando tengamos una mezcla homogénea, el relleno estará listo. Eso sí, no olvides dejarlo enfriar antes de rellenar la masa. 3. Empanada de pollo y setas, fácil y deliciosa Para aquellos a los que os apetezca algo un poco más diferente, os traemos una tercera propuesta de relleno que cada vez triunfa más en los hogares. Este relleno de empanada deja de lado el tomate para apostar por la nata y convertirse en una fusión intensa de carne de pollo, verdura y salsa. Hablamos del relleno de empanada de pollo y setas, con un sabor suave y delicioso. Para prepararlo, sofreímos el pollo cortado en daditos en una sartén con aceite. Una vez esté sellado, sin necesidad de que se haya cocinado del todo, lo separamos y reservamos. En la misma sartén, procedemos a pochar una cebolla y un par de dientes de ajo, todo bien picado. Además, de forma opcional puede añadirse también un pimiento bien picado. Cuando estas verduras estén casi hechas, añadimos nuestra selección de setas troceadas. Podemos usar solo champiñones o aquellas setas que más nos gusten. Una vez que todas las verduras estén prácticamente listas, añadimos y el pollo, mezclamos, salpimentamos al gusto y volvemos a mezclar. Seguidamente, añadimos dos cucharadas de harina y movemos. Añadimos la nata, mezclamos de nuevo, dejamos que cueza a fuego medio/bajo unos 3 o 5 minutos y podremos separar de la sartén para disfrutar como relleno. ¿Qué te han parecido estas ideas de rellenos? Muy fáciles, ¿verdad? Sin duda, son opciones que todos podéis hacer sin problemas. Sin embargo, si aún no lo veis claro, os dejamos por aquí también la receta en video de una empanada gallega de atún, pimientos y tomate, bien explicada paso a paso para que no haya dudas. Si os animáis a preparar cualquiera de estas empanadas, no olvidéis compartirlas y etiquetarnos en nuestras redes sociales: @levanova_levadura en Instagram y @levanovalevadura en Facebook.

  • Algunas cosas que NO sabes del pan de molde

    El pan de molde es uno de los panes más consumidos a nivel mundial. Según el país, la evolución de sus ventas puede ser negativa o positiva, pero en términos globales, su consumo sigue creciendo principalmente por una razón: la conveniencia que ofrece. Posiblemente es uno de los panes más estandarizados del mundo, pero también de los más adaptables. Fácilmente podemos encontrar el pan de molde básico, de toda la vida, junto a opciones más saludables que incluyen semillas o harinas integrales, pasando por variedades muy singulares donde el único límite es la imaginación, como un pan de molde con té matcha o este pan de molde con natillas y canela. Sin duda, todos hemos disfrutado en muchas ocasiones del pan de molde y para nada nos parece un desconocido. Sin embargo, seguro que hay algunas curiosidades que quizás no conozcas. ¡! Cuatro cosas que quizás no sepas del pan de molde: El pan de molde nació como tal en Estados Unidos. Fue en los años 20 del Siglo XX cuando, tras más de una década intentándolo, Otto Frederick Rohwedder inventó una máquina capaz de rebanar y empaquetar el pan de modo que se conservase más tiempo. Este inventor de Iowa tuvo la idea tras escuchar numerosas quejas de amas de casa acerca del pan duro, de la dificultad de cortarlo y de lo poco que duraba. El pan de molde fue uno de los primeros alimentos en ser enriquecido nutricionalmente, ya que en 1941 se complementó con calcio para contrarrestar el raquitismo derivado de la guerra. Hoy en día, mientras que es un producto de conveniencia en países anglosajones, en Asia es un producto de lujo, por ello, allí los invitados a una recepción pueden utilizar una bolsa de 3/5 rebanadas como regalo para los anfitriones. En España está clasificado dentro de la categoría de ‘panes especiales’ según el Real Decreto 308/2019. Esto quiere decir que está grabado con un 10% de IVA en vez de un 4%, como es el caso de los panes comunes. Según este Real Decreto, cualquier pan que incorpore leche, huevos o grasas (entre otros) son panes especiales y éste, es el caso del pan de molde. ¿Qué te parecen estas curiosidades del pan de molde? ¿Ya las conocíais? Animaros a hacerlo en casa y contadnos cómo os ha salido. Y si tenéis curiosidad sobre otros tipos de pan, ¡no dudéis en decírnoslo!

  • 5 ideas de tostadas (o tostas) fáciles para cenar

    Seguro que a muchos de vosotros os pasa lo mismo. Después de un día largo de trabajo, recados, compromisos, … lo último que os apetece es llegar a casa y poneros a cocinar (y después, a recoger). Por eso, hoy, os damos unas ideas de tostas rápidas para cenar, que además ¡están muy ricas! Y es que, al final del día, el cansancio puede hacer que terminemos cenando lo primero que pillemos, sin que necesariamente sea muy nutritivo o saludable. Sin embargo, con un buen pan e ingredientes muy normales que, seguro que tenéis en la nevera, podéis hacer auténticas maravillas. Así que, por si hoy es de esos días en los que falta un poco de imaginación, en Levanova hemos preparado una serie de tostas deliciosas y muy originales que, sin duda, van a conquistar vuestros paladares. Cabe destacar que todas ellas se pueden preparar con el pan que más os apetezca como el pan payés de masa madre o el pan casero de espelta, ¡cualquier opción es ideal para estas ideas que os dejamos a continuación! 1. Tosta de atún con pimientos asados Esta tosta es un básico, pero no podíamos dejarla fuera de la lista. Una tosta refrescante, muy sabrosa y con una elaboración muy sencilla para tener lista la cena en menos de 5 minutos. Si tienes prisa o has llegado tarde y cansado, ¡es perfecta! Para ella, una opción ideal es el pan de centeno que tan de moda está por sus múltiples beneficios. Prepararla es de lo más sencillo. Necesitaremos una lata de atún, unos pimientos asados en bote y unas rodajitas de tomate. Si queremos darle un toque especial, ¡podemos añadir unos pepinillos agridulces bien picaditos y ajo en polvo! ¡Os encantará! 2. Tosta de mayonesa, cebolla, alcaparras y atún Sin duda, una gran desconocida, ¡y de nuestras favoritas! Para prepararla necesitaremos mezclar en un bol unas cucharadas de mayonesa (o humus para conseguir una opción un poco más healthy), ¼ de cebolla muy, muy picada, una cucharadita de alcaparras y una lata de atún. Integramos bien todos los ingredientes y untamos sobre el pan que más nos guste como, por ejemplo, la hogaza de pan casero. Si lo tostamos un poco, ¡todavía quedará más espectacular! 3. Tosta de jamón dulce, queso fresco y tomate, ¡un clásico que nunca falla! Nada más sencillo y clásico que esta tosta, ¿verdad? Pero es que a veces nos olvidamos de que en lo más simple está lo más increíble, ¡por eso esta opción nunca puede faltar! Para ella, el pan rústico un poco tostado previamente es una opción perfecta. En su elaboración no necesitaremos mucho más que un chorrito de aove, una pizca de sal, unas lonchas de jamón dulce, unos trozos de queso fresco y unas rodajas de tomate. Además, ¡si queremos añadir unos brotes verdes, quedará genial! 4. Tosta de guacamole, tomate y anchoas ¡Menuda delicia! Para ella, os recomendamos preparar el guacamole casero, aunque también podemos optar por el aguacate en rodajas. Para preparar el guacamole necesitaremos aplastar el aguacate con un tenedor (debe estar un poco maduro), añadiremos un ¼ de cebolla muy picado, 2/3 tomates cherrys muy picados, un chorrito de aove, sal y un chorro de limón, ¡y lo tenemos! Untamos el pan (lo podemos hacer con pan de molde o pan normal) y añadimos unos tomatitos Cherry partidos por la mitad y unas anchoas que le darán un toque muy especial. 5. Tosta de espárragos, huevo y jamón serrano. Traemos una opción ¡con mucho sabor! Para darle un toque especial a esta receta, os recomendamos utilizar pan de aceitunas negras y tomillo, ¡porque os fascinará! Para prepararla, debemos hacer un huevo a la plancha. Después, ponemos sobre el pan, y en este orden, el jamón serrano, un tomate maduro bien picadito, los espárragos verdes de lata bien escurridos y el huevo, ¡es una maravilla! Ahora sí, ¡a disfrutar de unas cenas increíbles y deliciosas sin perder demasiado tiempo en la cocina!

  • Fermentaciones en frío: por qué

    Si alguna vez habéis hecho pan en casa o sois panaderos caseros habituales, probablemente ya sepáis qué es la fermentación y por qué es tan importante. Sin embargo, también es posible que os hayan surgido multitud de preguntas acerca de este proceso, como ¿cuál es la mejor forma de dejar a mi masa fermentar? ¿A qué temperatura debe estar? ¿Debo taparla? ¿Durante cuánto tiempo? Sin duda, el proceso de fermentación ofrece diversas posibilidades que harán que el resultado de nuestro pan varíe. Por eso, hoy vamos a analizar una de ellas: la fermentación en frío. ¿Qué es la fermentación y cómo sucede? En primer lugar, no está de más recordar que la fermentación es un proceso natural a través del cual conseguimos que algunos alimentos, entre los que se encuentra el pan, adquieren el sabor, los aromas y la estructura que conocemos en ellos hoy en día y que tanto nos gusta. Este fenómeno sucede porque, mientras las células de la levadura se van alimentando de parte de los azucares que están naturalmente presentes en la harina, van desprendiendo una energía que transforma las moléculas complejas – el almidón de la harina de cereal- en otras más simples -la glucosa-. Durante este proceso, además, las levaduras generan dióxido de carbono, que hace que la masa aumente de volumen y la estructura se vaya consolidando, y otras moléculas que aportan sabor y aromas. ¿A qué temperatura fermentar? Un centímetro cúbico de levadura fresca pesa alrededor de un gramo, pero ¡contiene más de 10 mil millones de células vivas de levadura! Dado que las levaduras son un ser vivo, deben conservarse en frío, a una temperatura de entre 0º y 10º C, para que preserven todas sus propiedades. Es por esto por lo que siempre os recordamos que debéis conservar los daditos de levadura fresca Levanova en el frigorífico. Sin embargo, una vez que mezclamos la levadura con la harina, las células, que estaban un poco aletargadas con el frío, despiertan y comienzan a trabajar: empiezan a alimentarse y a generar Co2 con el que el pan aumenta de volumen. Para que las levaduras realicen su trabajo de la forma más eficaz posible, deben estar cómodas, a una temperatura ambiente de entre 25ºC y 30ºC. Por este motivo, para que las masas fermenten, por norma general, las dejamos reposar fuera de la nevera tapadas con un trapo y así, no hará falta esperar mucho para disfrutar de nuestro pan. Entonces os preguntaréis, pero ¿por qué fermentar en frío? Fermentaciones en frío La fermentación en frío consiste en dejar reposar la masa dentro de la nevera, bien sea tras el primer amasado (esto se llama fermentación en bloque) o tras el formado (segunda fermentación). Este tipo de fermentación requiere bastante más tiempo que una fermentación normal a temperatura ambiente ya que, como hemos comentado antes, a una temperatura de entre 0 y 10ºC, sin calor, la actividad de las células de levadura se ralentiza y, por tanto, la fermentación transcurre mucho más lenta. Este proceso tiene varias ventajas (y también algunos falsos mitos que después intentaremos aclarar). La principal ventaja de una fermentación en frío es la conveniencia. Si dejamos nuestro pan, brioche o croissants formados y reposando dentro de la nevera durante toda la noche, cuando nos levantemos podremos meterlos al horno y disfrutar de un desayuno recién horneado sin tener que madrugar. Por otro lado, la ralentización del proceso de fermentación (siempre que se haga bien) supone también una ralentización de las reacciones que se producen en la masa y en consecuencia unos aromas y texturas que pueden llegar a ser muy interesantes. ¿Cuándo debemos meter la masa en el frigorífico? Bien sea una fermentación en bloque o de piezas ya formadas, lo importante es dejar la masa unos 20 minutos a temperatura ambiente para que la fermentación “arranque”. Una vez hecho esto, y siempre con la masa protegida con papel film o un trapo humedecido para que no se acortece, podemos introducirla en el frigorífico. Una vez dentro del frigorífico, la masa fermentará mucho más lentamente, por lo que lo ideal es realizar el trabajo previo por la tarde y dejar que la fermentación en frío se produzca durante la noche. Falsos mitos de la fermentación en frío ¿Más sabor y aroma? En muchas ocasiones oímos que la fermentación en frío supone la generación de más aromas y sabor. Esto no es del todo correcto. Como hemos señalado antes, una fermentación más lenta puede suponer aromas y sabores distintos e interesantes, pero no más cantidad. Hay que recordar también que, durante el proceso de fermentación, la generación de la mayoría de los aromas y sabores por parte de las levaduras se produce durante las primeras fases de la fermentación. ¿Mejor levadura seca que fresca para fermentar en frío? Ambas levaduras son aptas para la fermentación en frío, aunque como comentábamos en este artículo, la levadura seca es una levadura más procesada y por tanto más sensible a este tipo de procesos en especial, con una fermentación mucho más ralentizada. ¿Quieres saber más sobre las distintas técnicas de panificación y fermentación? No dudéis en poneros en contacto con nosotros a través de este blog o de nuestras redes sociales: @levanova_levadura en Instagram y @levanovalevadura en Facebook.

  • Ideas de bocadillos fríos y rápidos

    Está claro; en verano necesitamos descansar, desconectar, disfrutar de las vacaciones, el mar, la piscina y los reencuentros con amigos y familiares… Por ello, es verdad que pasar horas en la cocina o complicarnos a la hora de elaborar platos es algo que no suele apetecer mucho en esta época del año. Así pues, desde Levanova sabemos que no hay nada mejor para improvisar una cena fría y rápida o un picnic en la playa que preparar deliciosos bocadillos que nos hagan disfrutar comiendo sin robarnos mucho tiempo. Por ello, ¡os traemos 5 recetas irresistibles con las que podrás disfrutar muchísimo e, incluso, podrás sorprender a tus amigos e invitados! ¡Toma nota! Para preparar estos bocadillos, es importante contar con un buen pan. Podéis serviros del que más os guste como, por ejemplo, una hogaza de pan casero, un pan de molde integral o incluso un pan de centeno. Hay un sinfín de posibilidades y ya sabéis que en nuestro blog podéis encontrar numerosas recetas en las que inspiraros, así que… ¡Lo dejamos a vuestra elección! Ahora sí, vamos con esas propuestas de bocadillos fríos y rápidos que os van a encantar. 1. Bocadillo con salmón, rúcula y queso crema Un básico para los amantes del salmón. No puede haber una receta más sencilla y que podamos disfrutar tanto. Para preparar este bocadillo hemos usado pan de molde integral pero, como os adelantábamos, ¡podéis elegir la opción que más os guste! Su elaboración es tan fácil como untar queso crema en una de las rebanadas (incluso en las dos), añadir salmón ahumado y un poco de rúcula. 2. Bocadillo de mayonesa, jamón dulce, huevo cocido, queso y brotes verdes Un bocadillo muy completo. Si, además, utilizáis este pan de cereales con masa madre de Levanova, queda increíble ¡probadlo y nos contáis! Para prepararlo, solo necesitaremos untar el pan con mayonesa, añadir unas lonchas de jamón dulce, un par de lonchas de queso, un huevo cocido (a rodajas o picado) y brotes verdes, ¡menuda delicia! Un truco para tener en cuenta: añadir unas rodajas de tomate para darle más sabor, ¡os encantará! 3. Bocadillo de queso veggie, tomate Cherry y aguacate Para los vegetarianos tenemos esta fantástica opción con la que disfrutar de un rico bocadillo frente al mar o en una noche de verano. Tan sencillo como unas lonchas de queso veggie, unos tomates Cherry y medio aguacate cortado a rodajas. Le añadimos un chorrito de aove y alguna especia como orégano, et ¡voilà! ¡Delicioso! 4. Bocadillo de aguacate, jamón dulce, lechuga, tomate y queso Los amantes del aguacate no podrán resistirse a esta fantasía. Este bocadillo lo podemos preparar con panecitos de cereales o, por ejemplo, con pan de chapata, del cual aquí podéis encontrar la receta, ¡queda increíble! Necesitaremos medio aguacate que podremos aplastar con un tenedor a modo crema o incluir en rodajas, jamón dulce, lechuga, dos o tres rodajas de tomate y un par de lonchas de queso, ¡está muy rico! 5. Bocadillo de pollo y mostaza Por último, pero no menos importante, tenemos esta delicia de bocadillo. Aunque su elaboración es un poco más costosa, no nos llevará más de 15/20 minutos. Para prepararlo, podemos cortar el pollo en trozos y hacerlo a la plancha o comprar directamente tiras de pollo preparadas y troceadas. Una vez lo tengamos listo, mezclamos en un bol con mostaza y añadimos un par de cucharadas grandes de queso crema para suavizar. Mezclamos bien para que se integren todos los ingredientes, ¡y listo! Lo ponemos sobre el pan y podemos añadir unas hojas de lechuga o brotes verdes para darle un toque fresco, ¡podéis comerlo también con pan baguette, queda ideal! ¿Habéis visto qué fáciles? Sin duda, estas opciones se convierten en las mejores para disfrutar de los días de verano. Si los preparáis, no olvidéis compartirlos y etiquetarnos en nuestras redes sociales: @levanova_levadura en Instagram y @levanovalevadura en Facebook. ¡Os esperamos!

  • Cinco de los panes más conocidos de Francia

    Como amantes del pan, desde Levanova, queremos que sigáis descubriendo con nosotros parte de la gran variedad de panes que existen mundo. El pan es un alimento que ha llegado a prácticamente todos los rincones del planeta. ¿Os imagináis todos los tipos que debe haber? ¡De infinitas formas, texturas y sabores! Vamos, que hay panes para todos los gustos. Por ello, aunque no podríamos hablar de todos ellos en un solo artículo, sí que podemos hacer una especial selección. Y, tras empezar por algunos panes de Europa, vamos a elegir ahora cinco panes típicos de la gastronomía francesa, pues, sin ninguna duda, ¡la panadería de Francia es un referente! ¡Atentos ! BRIOCHE Una de las principales maravillas de la panadería y la bollería francesa, sin duda, es el famoso brioche, ¡y con razón! Muy probablemente lo hayáis consumido en alguna ocasión, pues este delicioso y esponjoso bollo ha cruzado las fronteras de Francia para que podamos disfrutarlo en otros lugares del mundo. Por defecto, la masa se elabora con levadura, huevos, mantequilla y azúcar, pero, además, se pueden añadir otras muchas cosas como pepitas de chocolate o pasas. En Levanova, os animamos a probarlo en casa con alguna de las recetas de brioche casero de nuestro blog: como esta receta de panecillos de brioche, esta de brioches con masa madre o esta otra de brioches de chocolate. ¿Cuáles os apetece probar primero? PAN DE CAMPAÑA Si sois más bien de pan rústico que de pan dulce, entonces, seguramente os guste esta receta de pan de campaña. Se trata de un tradicional pan de pueblo de origen francés, que podemos encontrar como ‘Pain de campagne’, que es, pan de campo, o como ‘pain paysan’, que es 'pan paisano'. Se caracteriza por tener en su composición una parte de harina integral y de masa madre, por lo que se trata de un pan muy sabroso, que suele durar varios días, con una corteza crujiente y una miga esponjosa. FOUGASSE ¿Habéis oído hablar de la Fougasse? Es otro famoso pan típico de Francia, en este caso más concretamente de la Provenza. Es muy crujiente, con una forma muy especial y un sabor aromatizado. En cierta manera, por el tipo de masa, podríamos decir que la fougasse está emparentada con la Focaccia. Si buscáis opciones nuevas para una cena de picoteo, os recomendamos probar esta receta de fougasse. Os garantizamos que un solo bocado, no será suficiente. PAN AUVERGNAT Como su propio nombre indica, el pan auvergnat es típico de la región de Auvernia, en el centro del país. En este caso, se trata de un pan con masa madre, muy muy esponjoso, aunque con una corteza dura y crujiente. Se caracteriza por su forma redondeada con una especie de “sombrero” por encima. Si buscáis panes ideales para comer con quesos o embutidos no os podéis perder esta fácil receta de pan de auvergnat casero. BAGUETTE FRANCESA Como no podría ser de otro modo, ¡en este listado no podría faltar la baguette francesa! Este pan, posiblemente uno de los más famosos del mundo, es todo un símbolo de la gastronomía francesa. De forma alargada y estrecha, tiene una tierna miga y una crujiente corteza. Simple, pero delicioso. Además, es muy fácil de elaborar de forma casera, por lo que, no podéis dejar pasar esta receta. ¿Cuál es vuestro pan francés preferido? ¡Animaos a meter las manos en la masa y a seguir nuestros consejos para hacer un pan casero perfecto!

  • ¿Qué es la fermentación y por qué es tan importante?

    Los que coqueteáis con el mundo panadero, habréis escuchado muchas veces hablar de la “fermentación”. Sin embargo, aunque sepáis más o menos para qué sirve, es posible que también os falten muchos detalles por descubrir. Por ello, en este artículo veremos en profundidad qué es la fermentación y por qué es tan importante, sobre todo, para la elaboración del pan. Una pequeña dosis de historia sobre la fermentación La utilización de la levadura y el proceso de fermentación no es algo nuevo. Aunque se produjo sin que ellos supieran exactamente lo que estaba pasando, fueron los egipcios los primeros en hacer panes fermentados. Es imposible saber cómo comenzaron a hacerlo pero, aunque, posiblemente ellos pensaran que era cuestión de magia, es probable que todo fuera consecuencia de un despiste en el que descuidaron algo de masa y ésta fermentó gracias a las levaduras presentes en el aire. En cualquier caso, no fue hasta 1857 cuando realmente se explicó el proceso de fermentación. Fue Louis Pasteur, el que, tras un exhaustivo análisis de las células de la levadura, especialmente de la variedad Saccharomyces cerevisae, concluyó que eran estas las responsables de la fermentación, que además podían vivir sin oxígeno y que eran claves para formar el sabor y el aroma del pan. Tras este descubrimiento, solo 15 años más tarde, en 1873, la primera fábrica para cultivar levadura fue puesta en marcha por la familia Lesaffre, la cual, unos años más tarde, fundaría también la marca Levanova. Esta nueva forma de acceder a la levadura supuso una revolución en el mundo de la panadería ya que, a diferencia de las levaduras del ambiente, era fácil de usar y proporcionaba al proceso de panificación regularidad, fiabilidad y seguridad alimentaria. ¿Qué es la fermentación? La fermentación es un proceso NATURAL gracias al cual unas moléculas complejas se transforman en otras más simples al tiempo que se produce energía. En el caso del pan, la levadura transforma el almidón presente en la harina de cereal - un azúcar complejo – transformándolo en glucosa – un azúcar simple -. Gracias a este fenómeno, los alimentos tienen la estructura, el sabor y los aromas a los que hoy en día estamos acostumbrados y tanto nos gustan. ¿Cómo se produce la fermentación? En ausencia de aire, y mientras se está alimentando de los azúcares presentes en la harina, la levadura: Por un lado, genera dióxido de carbono y alcohol. Estos gases son los que hacen que la masa crezca y adquiera volumen, tanto durante los reposos como en sus primeros momentos en el horno, creándose así la estructura alveolar de la miga. Por otro lado, produce moléculas aromáticas que aportan sabor. La cantidad de moléculas producidas depende a su vez de varias cosas. En primer lugar, de los propios factores de producción: tipo de harina, hidratación de la masa, calidad de los ingredientes, etc. Y, en segundo lugar, del propio metabolismo de la levadura. Por este motivo, es tan importante contar con levaduras de calidad, como la levadura fresca Levanova. El proceso de fermentación del pan Se podría decir que el proceso de fermentación se divide en dos fases: Primera fase, conocida como “primer levado” o “fermentación en bloque”, que se produce entre el final del amasado y el formado de las piezas. Es decir, cuando dejamos reposar la masa por primera vez. Es en esta fase durante la cual se genera principalmente el sabor del pan. Segunda fase o “fermentación final”, que tiene lugar desde que se forman las piezas hasta la cocción. Este reposo es el responsable principal del volumen final del pan y su esponjosidad. En resumen, sin levadura no hay fermentación y sin fermentación no hay sabor, aroma ni textura. Así que no os olvidéis nunca de este paso, un proceso totalmente natural, que permite que el pan sea comestible y durante el cual, y esto es lo mejor, ¡no tenéis que hacer nada!, sólo dejar que la levadura haga su magia. Con cualquier otra duda respecto al proceso de fermentación o a la utilización de la levadura fresca y la masa madre de Levanova, no dudéis en consultar nuestro apartado de preguntas frecuentes. En su defecto, ¡también podéis escribirnos directamente!

  • Ideas de tostadas para desayunar

    ¿Cuántas veces has escuchado que el desayuno es la comida más importante del día? Seguramente, muchas, y es que… ¡a esta frase no le falta razón! Desayunar nos hace cargar las pilas para afrontar toda la actividad que nos espera hasta la hora de la comida. Por ello, si buscáis un desayuno rico y nutritivo, aquí tenéis unas ideas de tostadas para desayunar que os van a encantar. Sin duda, las tostadas siempre son una opción de lo más apetecible y completa y, bien acompañadas, pueden aportarnos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita para coger energía. Además, ¡las opciones son infinitas!: con aceite, tomate, mantequilla, aguacate… Sin embargo, y sin ninguna duda, lo más importante de cualquier tostada es el pan. Por ello, como no podría ser de otro modo, os animamos a que lo elaboréis de forma casera. Veréis que, de esta forma, ¡las tostadas van a saberos muchísimo mejor! ¿Qué pan elegir para las tostadas? Existe una infinidad de panes que pueden utilizarse para hacer tostadas. En este sentido, ¡para gustos los colores! Por ello, antes de aventurarnos con las ideas de tostadas para desayunar, os proponemos algunas recetas para que elijáis vuestro pan: Pan de molde: El clásico para los sándwiches y, por supuesto, ¡para muchas tostadas! Ideal para aquellas personas a las que les gustan los panes suaves, esponjosos y sin corteza. En este blog tenemos tanto una receta de pan de molde normal como una receta de pan de molde integral con masa madre Levanova. Elegid la que más os guste y, ¡a por ella! Además, las dos recetas tienen vídeo 😉 Molletes: ¿Quién no ha disfrutado de unas tostadas de tomate y aceite en pan de mollete? Si no las habéis probado, ¡ya estáis tardando! Probad con esta receta de molletes con levadura fresca y masa madre de Levanova que os va a encantar. Pan de hogaza: Una de nuestras opciones preferidas para tostadas, sin duda, es el pan de hogaza cortado en rebanadas. Si os gustan las tostadas con sabor a pan tradicional, típico de los desayunos en la casa del pueblo, no podéis dejar de probar esta receta de pan de hogaza. Pan de centeno: Si lo que buscáis realmente es un pan con mucha personalidad, os recomendamos probar esta receta de pan de centeno con masa madre. Sin embargo, no os asustéis. La receta está diseñada por nuestro panadero para que su sabor y amargura sean menos intensos que los del típico pan de centeno del centro-norte de Europa. Así, quedará fenomenal con las propuestas de tostadas que os haremos ahora. Pan de campaña: Si buscáis hacer un pan casero que os dure varios días deberíais probar a hacer esta receta de ‘Pain de campagne’, el típico pan rústico de origen francés que ¡no os va a dejar indiferentes! Todos estos panes nos permiten hacer unas buenas tostadas. No obstante, dependiendo del acompañamiento, unos quedarán mejor que otros. Por ello, os animamos a ir probando hasta que descubráis vuestro pan preferido para desayunar. Ideas de tostadas para desayunar ¿Os habéis cansado de comer siempre las tostadas de la misma forma? Cuando nos gusta una cosa, la exprimimos hasta la saciedad, eso es así. Sin embargo, de vez en cuando está bien probar cosas nuevas y, por supuesto, innovar. Por ello, os vamos a dar dos ideas de tostadas de lo más deliciosas, que seguro que os encantarán. - Tostada de queso de untar, frutos rojos y chocolate Si te gustan los contrastes y buscas una explosión de sabor para empezar el día con fuerzas, esta es tu tostada ideal. La base de queso de untar le proporciona un regusto láctico y suave y los frutos rojos le aportan frescura e intensidad. Nosotros hemos utilizado fresas y arándanos para darle un toque ácido. No obstante, con cualquier tipo de frutos rojos quedan bien. Por otro lado, el toque de chocolate o sirope de caramelo le añade un toque dulce y delicioso. Sin duda, esta tostada cuenta con las características perfectas para encantar a toda la familia. - Tostada de crema de cacahuete, plátano y semillas Si preferís los gustos más suaves y dulces, esta tostada os va a fascinar. Por un lado, la base de crema de cacahuete hace que tenga un gusto intenso que se refresca con el toque de plátano. Así mismo, las semillas añaden un toque crujiente y muy muy especial que combina de maravilla. Al igual que con la otra tostada, por mucho que os describamos su sabor, no podréis imaginarlo bien hasta que no lo probéis. Así que, ¡a por ellas! Es probable que, una vez que hagáis estas propuestas tan deliciosas de tostadas, no podáis dejar de comerlas. Por nuestra parte, solo esperamos que las disfrutéis y, por supuesto, que ¡sean con pan hecho con Levanova!

  • Pan de aceitunas negras y tomillo

    Si buscáis un pan sabroso y que tenga un aroma irresistible, ¡habéis acertado con la receta! pues, el pan de aceitunas negras y tomillo tiene un sabor de lo más especial. Por ello, tanto si ya sois aficionados a hacer pan casero, como si no, os encantará meter las manos en la masa con esta receta de panecillos de aceitunas y tomillo. Además, ¡deja un olor espectacular en casa! El pan de aceitunas, aunque se puede encontrar en multitud de países, como no podría ser de otro modo, es muy típico en la zona del mediterráneo. Existe una gran variedad de panes a los que le podemos añadir aceitunas, como la focaccia o la chapata. Además, también es común acompañarlos con especias como el orégano o, en este caso, el tomillo. Estos panes de aceitunas negras y tomillo vienen muy bien para acompañar un aperitivo y son ideales para untar con queso. ¿Os han entrado ganas de probarlos? Pues, no dudéis meter las manos en la masa con esta fácil receta de pan de aceitunas negras y tomillo. Además, en este caso, lleva masa madre, para que tenga el más especial e intenso sabor. ¡Atentos! Ingredientes: 500grs de harina de trigo panadera 225grs de agua 50grs de aceite de oliva 9grs de sal 1 sobre de masa madre de trigo de Levanova 13grs de levadura fresca prensada de Levanova 100grs de aceitunas negras cortadas 5grs de tomillo seco Elaboración: Paso 1: En un bol grande, mezclamos todos los ingredientes excepto las aceitunas negras cortadas, que incorporaremos más adelante. Después, y dejamos reposar nuestra mezcla aproximadamente 5 minutos. Con ello, el amasado será más fácil. Paso 2: Una vez finalizado este breve reposo, comenzamos a amasar. A la mitad de este proceso, añadiremos las aceitunas cortadas y continuaremos amasando de forma enérgica hasta que obtengamos una masa fina y homogénea. Para facilitar aún más esta fase, es conveniente hacer un par de paradas intermedias y dejar reposar la masa 5 minutos para luego seguir amasando. Paso 3: Metemos nuestra masa en un bol grande, la tapamos con un trapo de cocina y la dejamos reposar unos 30 minutos. Durante este tiempo, fermentará y aumentará su volumen significativamente. Paso 4: Seguidamente, tras la fermentación, hay que dividir la masa. En total, podemos hacer unas 5 piezas de aproximadamente 200grs gramos cada una. Después, y sin bolear, las dejamos reposar 10 minutos más. Paso 5: Transcurrido este pequeño descanso, damos a nuestros panecillos forma redonda, aplastándoles un poco y los colocamos sobre papel para hornear en la bandeja del horno. Después, tapamos y dejamos reposar hasta que doblen su volumen. En esta ocasión, necesitaremos que el horno esté muy caliente. Por ello, debemos precalentarlo a 200ºC durante 30 minutos. También colocaremos un recipiente metálico en la parte baja del mismo gracias al cual, en el siguiente paso, crearemos la humedad necesaria para una buena cocción. Paso 6: En último lugar, es el momento de hornear. Para ello, por un lado, colocamos un par de hielos en el recipiente metálico que habíamos puesto en el horno y, por otro, realizamos cuatro cortes en la parte superior de las piezas justo antes de meterlas en el horno. Seguidamente, bajamos la temperatura a 170ºC, esperamos unos 20 - 25 minutos y… ¡listo! Una vez que nuestros panecillos se hayan enfriado, estarán listos para disfrutar como más nos apetezca.

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